Dicen por ahí que si la palabra reputación tiene “puta” remetida entre sus letras, esto no es casualidad. En efecto, la fama” es la señora de las putas; nunca se compromete con quien piensa tenerla y exige de su acompañante sudores de trabajo más que de placer, dispendio al por mayor y bravuconadas de cantina “pa’ defender el honor”. Es una señora golfa la fama de la que solo el necio se enamora, el trepador corteja, y don dinero padrotea. Seduce su vulgaridad porque al vulgo se pertenece, sólo él es su verdadero dueño. A la fama se le manosea mientras nos roba la cartera y si puede el apellido para el bastardo que lleva en el vientre. Su bastardo tiene nuestro nombre y nuestro rostro, pero al guapo lo hace feo y al feo lo hace mounstro. RePUTAción, la muy vacante; te acuestas con todos y a todos nos juras fidelidad. Puta cara por la que el necio todo lo vende porque no sabe distinguir entre valor y precio.
Rafael Tobias
2 comentarios:
Más bien basemos el texto, en: Quiñen carajos inventó la palabra reputación?, seguro un cobarde.
Muy fuerte, muy cierto y muy bueno. Excelente texto.
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