Hace varios años ya que empezamos este diario de fatigas. Correspondencias que van y vienen en un devenir donde los silencios son lo más importante, quizá por eso escribamos tan poco y siempre, solamente, de madrugada.
Entre los silencios están nuestros pensamientos más terribles, nuestras máscaras más grotescas, el baile del tugurio que agota y no sacia. También están el día a día, el sol que amanece y la tarea que hay que cumplir para que haya pan y licor amargo en nuestras mesas. Las risas de los amigos, los sueños de alcobas que han aprendido a despertarse juntos y la lectura sorpresiva de la página de farándula. Está la anécdota de la existencia que no vale palabra alguna porque su himno es el silencio, que se lleva todo al sueño del vacío. Una vida común que acaba en el sueño de otro que tampoco será recordado y así sucesivamente.
¿Para qué escribir? solo para contar historias. El placer de contarte a ti que me lees sospechoso.
Conmemoramos nuestra entrada 100 con una sola frase que resume la existencia de este blog...
"Todos quisiéramos ser detectives salvajes y que alguien como Bolaño nos escribiera..."
RT