lunes, octubre 30, 2006

Un poema muy mostro para la lluvia y el frio


NADIE sale. Parece
que cuando llueve en México, lo único
posible es encerrarse
desajustadamente en guerra mínima,
a pensar los ochenta minutos de la hora
en que es hora de lágrimas.
En que es el tiempo de ponerse,
encenizado de colillas fúnebres,
a velar con cerillos
algún recuerdo ya cadáver;
tiempo de aclimatarse al ejercicio
de perder las mañanas
por no saber qué hacerse por las tardes.
Y tampoco es el caso de olvidarse
de que la vida está, de que los perros
como gente se anublan en las calles,
y cornudos cabestros
llevan a su merced tan buenos toros.
No es cosa de olvidarse
de la muela incendiada, o del diamante
engarzado al talón por el camino,
o del aburrimiento.
A la verdad, parece.
Pero sin olvidar, pero acordándose,
pero con lluvia y todo, tan humanas
son las cosas de afuera, tan de filo,
que quisiera que alguna me llamara
sólo por darme el regocijo
de contestar que estoy aquí,
o gritar el quién vive
nada más que por ver si me responden.
Pienso: si tú me contestaras.
Si pudiera hablar en calma con mi viuda.
Si algo valiera lo que estoy pensando.
Llueve en México; llueve
como para salir a enchubascarse
y a descubrir, como un borracho auténtico,
el secreto más íntimo y humilde
de la fraternidad; poder decirte
hermano mío si te encuentro.
Porque tú eres mi hermano. Yo te quiero.
Acaso sea punto de lenguaje;
de ponerse de acuerdo sobre el tipo
de cambio de las voces,
y en la señal para soltar la marcha.
Y repetir ardiendo hasta el descanso;
que no es para llorar, que no es decente.
Y porque, a la verdad, no es para tanto.
Bonifaz Nuño, Rubén. Fuego de Pobres
posted por Rafael Tobias
foto: Bart Pogoda

viernes, octubre 27, 2006

Tienes dos cosas que quiero


La Cosa Mostra presenta otro polémico texto de Lorenzo Matías. Alguna buena conciencia sugirió que de ahora en adelante se añadiera el texto: "Las opiniones emitidas por los autores de los textos no representan necesariamente el sentir o parecer de la Cosa Mostra".
No nos tomamos tan en serio.
Disfruten o rechinen los dientes. En todo caso lo van a leer. Sabemos que lo harán. ¡Arriba el morbo!
Atte. El equipo de la Cosa Mostra




Conocí a Cristina en ese sitio de la playa donde te sientas a tomar la brisa, un café o una cerveza y acompañas todo con un periódico. Estaba linda la tía: ojos azules, dos trenzas rubias, labios de esos que muerdes con cierta vergüenza, con temor a lastimarlos. Ella fumaba y bebía un espresso, en la mano derecha un libro de poesías de San Juan de la Cruz. Me senté dos mesas cerca, al acecho, sólo que esta vez, un cierto gusto, más intelectual, me impedía quitarle los ojos de encima. Le pedí a José un espresso italiano: Mira Lorenzo, me dijo, que se nos ha descompuesto la máquina. ¡Al carajo José!, ¿esa chica se lo ha comprado en otro lugar o qué? Él me respondió que apenas le habían preparado el café, la máquina había dejado de funcionar. Pedí entonces una copa de vino, me le acerqué a la tía de ojos azules y sentándome en su mesa: Tienes dos cosas que quiero. ¿Sólo dos? No, la verdad es sólo una. ¿Una? Sí, una. ¿Y cuál es, si se puede saber? Un espresso. ¡Llévatelo está a la mitad! Gracias, y tomé la pequeña taza con la mitad de café.

Regresé a la mesa donde la copa de vino me estaba esperando. El café estaba frío así que lo bebí de un sorbo, luego pedí el diario y me entretuve con un artículo sobre la música africana, cuando levanté la vista ella se había sentado en la mesa: Tienes una cosa que quiero. Yo creo que es más de una, le dije bebiendo un sorbo del vino. No, es sólo una. ¿Y cuál es, si se puede saber? Se levantó de la silla y pegó sus labios a los míos: Vino, me dijo.

Pasé por ella a las nueve, la muy maja se había vestido de rojo y se veía preciosa. A las doce la invité al bar y en el bar, el error trágico, el destino y una mulata de ojos color miel, se lo llevaron todo a la mierda. Al menos así lo pensé en aquel lúgubre momento. Traté de explicar la situación, pero ella era demasiado lista para ser rubia: ¡Adiós Lorenzo! No llora por haberle amor llagado / que no vale la pena verse así afligida, / aunque en el corazón está herida; / mas llora por pensar que está olvidada. Juan de la Cruz, por supuesto.

Compartir con una sola pareja por el resto de los días es un acto común. La fidelidad es una de esas virtudes que gustan algunos hombres y algunas mujeres. Yo creo que es un acto más bien masturbatorio, que consiste en amarse a uno mismo en otra persona. No puedo mentir con Cristina, era una tía muy guapa y muy lista. ¿Por qué cambiarla por la mulata? Cristina no tenía ese sabor candente en el culo, tampoco tenía esa piel oscura, tremenda. Cristina era la esposa, la guapa, la dama como diría Jaques Lacan y estudiaría Slavoj Zizek. Y con la dama no se fornica porque representa el ideal, lo inalcanzable. Acostarse con Cristina sería quitarle el encanto. Acostarse con la mulata es un acto que se desprende naturalmente, es la inercia vital. Cuando se fornica, se fornica y punto. A joder con las cursilerías, con la cabeza. Un encuentro causal y casual.

La única manera de disfrutar de los dos flancos, Cristina y la mulata, es por separados, jamás unidos porque uno suprimiría a otro. Además está la prohibición del adulterio, lo cual no apoyo. Si te has cargado con un compromiso, pues lo cumples, por ello el adulterio es superado por la promiscuidad, en la cual, el acuerdo racional y civilizado, recuerda que somos seres humanos. De ahí la variedad, quien quiera ser sommelier, que pruebe de todos los vinos, que no se case sólo con uno.

Lorenzo Matias.

martes, octubre 24, 2006

Hojarasca. Por Ovidio Pastora

Ojos, ojitos, ojotes, hojarasca.
Terremoto, hecatombe, pandemonium.
Eternidad, hermosura, profundidad.
Sensualidad, sexualidad.

Boca, boquita, bocota, bonanza,
carmesí, lozana, errante, amorosa, besadora,
suave, afilada.

Glaucos, verdes, verdísimos,
reverdes,
son tus ojos, tus ojitos, tus ojotes.

Profunda, profundísima, reprofunda
es tu mirada que enamora,
reprofunda es tu mirada que embeleza.

Estelar, estelarísima, reestelar
es tu sonrisa que apasiona,
que atormenta.

Sueño, sueñísimo, resueño
con tu amor,
con el despertar de tu pasión.

Sensual, sensualísmo, resensual
es tu modo de andar,
es tu silueta,
es tu piel.

Trigueño, trigueñísimo, retrigueño
es el manto que te cubre,
es tu suavidad protectora,
es el deseo que me acalora.

Amor, amorísimo, reamor
es lo que tu esencia me provoca.
Reamor es el sobresalto a media noche.

Reamor, reamorísimo, reamor.

lunes, octubre 23, 2006

Y la Cosa Mostra se hizo Mujer... o Manifiesto del Poema

Sobre los poemas


Los poemas
no se escriben,
los poemas ocurren.

Poemas
había ya
antes de que hubiera poetas.

Los poemas
son cristales de ventanas
arañados.

Los poemas
se pueden convertir en abono
y por ello
de ningún modo
se deben quemar.

Los poemas
están abiertos a cualquier cosa
(incluso los herméticos).

Los poemas
del extranjero
no requieren
permiso de residencia.
Sólo basta con un buen traductor.

Nadie debe
ser obligado
a leer un poema
y mucho menos a escribir uno.

Los poemas
no pueden responder
por su autor.

Los poemas
no leen poemas.

Los poemas
en cualquier momento
se pueden
intercambiar por otros.

Michael Augustin*
Traducción de Ingrid Martínez-Rico


viernes, octubre 20, 2006

Pentecostés Segundo, desde París para la Cosa Mostra



Mostro desde el inicio, habiase tardado en aparecer, ahora desde la Ciudad Luz debuta en este espacio de libertad absoluta y algo de talento, esperando alterar alguna buena conciencia y derruir los espejismos de sus amados prejuicios.
Sin más, cedemos su espacio reservado a nuestro amigo, mostro entre los mostros: Pentecostés, bienvenido.
Atte., El equipo de la Cosa Mostra






¿Porqué quiero ser un cerdo?

Una nueva criatura se ha posicionado y se encuentra dominando, sin que nos hayamos percatado, los altos círculos de poder de nuestro ya cochino medio ambiente. Este regordete y sucio animal ha servido cual manjar en la cultura occidental y ha sido –tal vez sabiamente- rechazado por otros pueblos bajo el argumento de su propia condición inmunda. Muchas veces caricaturizado, este animal domina hoy el mundo a escalas masónicas; por supuesto, estoy hablando del cerdo.

Es así como en el mundo actual, especialmente en nuestra sociedad “en vías de desarrollo” (ahí vamos, ahí vamos…), el poder político, económico, empresarial, criminal, social y muchas veces “moral” se encuentra en manos de quienes yo llamo “nuevos cerdos” (con todo respeto a las dignas criaturas que con su regordeta figura cooperan a los tacos al pastor y las carnitas).

Es por eso que, viéndome rodeado por esta situación, extiendo a la humanidad el presente manifiesto de razones por las cuales –su servidor y amigo- quisiera también ser un cerdo:

1) Los cerdos no pagan impuestos; Un buen cerdo no gusta de cooperar de su jugosa tajada para con el fisco, generalmente evaden la taxación, la deducen ficticiamente o se arman de un abultado y escandaloso grupo de contadores y abogados (también muy cerdos) para deducirla a márgenes risibles. Cabe mencionar otra variedad de cerdos, quienes ni siquiera tienen la dignidad de registrarse en el fisco, no obstante sus muchas veces millonarias ganancias, dirigiendo, explotando y engañando a un gran grupo de comerciantes en la llamada economía informal. Es de mencionar que ésta última especie de porcinos generalmente teje redes de corrupción con los gobiernos locales, pues existe una complicidad mutua en sus marranerías y generalmente representan para los gobernantes un valioso “capital político”.

2) Los cerdos dominan; Es curiosa la relación directa que existe entre los cerdos y la dominancia que éstos ejercen en sus respectivos ámbitos. Los cerdos generalmente monopolizan sus cotos de poder, de ésos tenemos muchos en estas tierras empuercadas. Ya sea en un mercado empresarial, un medio de comunicación, la representación sindical en determinado gremio (ya público, ya privado), el poder en un partido político, el liderazgo en una organización criminal e incluso la “autoridad moral”sobre el “pueblo” (sea lo que ello signifique), los cerdos generalmente acaparan, dominan, no dejan lugar a vacíos de poder, libre competencia o concurrencia de distintas voces o ideologías. Lo suyo, lo suyo de los cerdos, es el monopolio.

3) A los cerdos todo el mundo los quiere; Es sin lugar a dudas fascinante ver como los cerdos, al alcanzar dicho status, se convierten repentinamente en los seres más amados y adulados del planeta. Generalmente van tras de ellos una hueste de lambiscones, colaboradores, empleados, agremiados, agregados culturales o “compañeros de lucha” que no fallan en oportunidad para recordarle al cerdo la enorme lealtad que le deben o la mas grande idea para robustecer su ya robusto dominio. A los cerdos les gusta que les digan lo bien que se ven cada mañana.

4) Es muy raro que un cerdo vaya a la cárcel; Pues casi siempre habrá abogados “hábiles” y un sistema legal y de impartición de justicia verdaderamente profesional y a la altura para impedirlo. Normalmente esto solo pasa cuando un cerdo mas pesado así lo dispone (a veces no hay lealtad entre la especie) o cuando a éste le es permitido confeccionarse una cárcel a su medida y retirarse de ella a su muy oportuna conveniencia. Es incluso notable cómo algunos cerdos que pasaron una buena cantidad de años tras las rejas son tratados como verdaderas celebridades al recobrar su libertad; salen en todas las revistas de sociales, la “gente bien” se detiene un momento para saludarlos en la mesa de cualquier restaurante y una charla con ellos es codiciada en cualquier boda a la que asisten, en fin, el cerdo recién salido de prisión es toda una celebridad, como si estuviera regresando de una heroica guerra.

5) Los cerdos se la pasan a todo dar; esto es indispensable, solo se vive una vez y mas vale la pena vivir la vida aprovechando y disfrutando. Los cerdos generalmente gozan de todas las comodidades de la vida moderna, cuelgan grandes obras de arte en sus paredes, comen bien y generalmente comen mucho, gustan de artes obscuras como la compra de placer carnal y beben míticos vinos. Los cerdos, en general, son pachangueros. Se juntan entre ellos al pleno estilo de la bacanal romana para celebrar diversos eventos y les gusta tratar bien a sus invitados… hasta comidas anuales y pavo de navidad les regalan a sus colaboradores o agremiados.

En fin, hay muchas otras razones por las que me gustaría ser un cerdo; los cerdos siempre se salen con la suya, los cerdos viven del erario, a los cerdos no se les aplica la ley, los cerdos siempre salen en revistas y periódicos, para los cerdos la corrupción no es algo malo, a los cerdos se les legisla de acuerdo a sus intereses, los cerdos tienen legisladores para representarlos en el Congreso, los cerdos muchas veces son diputados o senadores, los cerdos están en la farándula, para los cerdos la impunidad no existe, los cerdos mueven masas con discursos fáciles y baratos, los cerdos saben lo que “el pueblo” quiere, los cerdos generalmente son líderes vitalicios, el cargo de cerdo es muchas veces hereditario, etc… Sin embargo, creo que la idea ha quedado muy clara ¿a quien no le gustaría ser cerdo en un lugar en donde existen todos los incentivos para ello?

En conclusión, he encontrado el sentido de mi vida; quiero ser un cerdo. Oink, oink.

Pentecostés Segundo

PD; invito a los participantes de este espacio abierto a que no solo comenten el articulo, sino que propongan nombres y apellidos de personajes de nuestra sociedad para crear la “Lista de los cerdos mas influyentes del País” de nuestro blog, la Cosa Mostra. Salud! Mostros!

lunes, octubre 16, 2006

El Mostro honorario y del poder del Centurión

In Memoriam o la Cosa Mostra se pone seria...



A los héroes...

Siendo el periodismo una de las profesiones más arriesgadas, es al mismo tiempo una de las más desprestigiadas. Son innumerables los idiotas y truhanes que andan metidos en este oficio, en el que se hace patente una de las lacras del mundo moderno: la diferencia insondable que existe entre el poder de los medios de comunicación y la debilidad de pensamiento o las bajas pasiones que lo sirven. La charlatanería, la maledicencia y la estupidez cubren hoy el planeta a caballo de las más refinadas conquistas de la técnica. Aquel tonto, que era feliz con un lápiz, hoy puede haberse convertido en un descerebrado con un micrófono en la boca dedicado a lanzar insultos al prójimo, que a través del universo pueden llegar hasta los pies del Altísimo, el cual se queda tan ancho; o en un ambicioso cuyos delirios de grandeza se convierten cada mañana en titulares espasmódicos de periódico o en chantajista capaz de sacar tajada de la debilidad humana. Sobre esta basura mediática se ven obligados a sentarse otros periodistas que sólo pretenden cumplir con su deber de informar correctamente a los lectores. Son unos profesionales anónimos, duros de pelar, fiables e incombustibles. Cada mañana llegan a la redacción y tratan de cocinar ordenadamente toda las miserias del mundo que vomitan los cables, sin esperar nada de la vida que no sea poder mirarse al espejo sin sonrojarse. No hay forma de que se sorprendan de nada. Ninguna catástrofe le hará mover una ceja. Cuando se cumple la hora exacta, al final de una jornada de trabajo, apagan el ordenador, se toman una copa en un bar y vuelven a casa, se estiran en el sofá y en el momento del telediario sólo miran la pantalla de soslayo porque conocen cada noticia desde el revés de la trama. Y despues están los héroes. Si el periodismo es una profesión muy arriesgada es porque también está servida por unos tipos, que no dudan en acercarse al plato del mastín, jugándose el pellejo, con el único propósito de servir a la dignidad humana y al derecho de la sociedad de estar informada de las brutalidades de los tiranos. La periodista rusa Anna Politkóvskaya baleada recientemente al salir de su ascensor en Moscú estaba escribiendo una crónica que sabía muy bien que le podía costar la vida. Pese a todo, no bajó los brazos. Otros están en la cárcel o mueren en las guerras. Esta profesión seguirá podrida por la base mientras estos héroes y tantos periodistas insobornables deban compartirla con una caterva de idiotas y pequeños canallas. (Manuel Vincent, para El Pais, 15-10-2006,) Rafael Tobias

viernes, octubre 13, 2006

La Maga se despide (ya avisó al IFE)



Como Sting con Police, como Lennon a los Beatles, como Natalia a la Forquetina, la Maga ha decidido probar aire fuera de la Cosa Mostra. Sus razones son de ella y la Mostra no tiene más que respetarlas y encomiarlas.

Podrán seguirle la pista en alguna esquina de la Roma, en alguna calle parisina, en medio de un buen libro de Cortazar o en alguna playa de la Rivera Maya. No lo sabemos, pero la seguiremos viendo. Por lo pronto su bitácora se ha abierto en otro lado:

http://laotramaga.blogspot.com/

Un abrazo a la ex-Mostra, lo mejor, siempre.
Atte.
El equipo de la Cosa Mostra

martes, octubre 10, 2006

Se llamaba María y era de Andalucia


(Maria y Matias... sin palabras)


A Kant, según entiendo, le sorprendían dos cosas, el cielo y la ley moral. A mí me sorprenden varias. Una de ellas es el culo de las mujeres. El culo de una mujer es el rebosante milagro de la fecundación, es la antesala de un orgasmo, es la realidad de una fantasía. En las noches húmedas de Ibiza, el baile y las contorsiones corporales son la cereza en el pastel. La otra noche, mientras me divertía con unos amigos en el bar, se me acercó una tía de esas que sólo se ven a través de los ojos del vino. La piel quemada por el sol y las sales del océano, una camiseta blanca como la inmaculada y una pequeña falda. Me invitó a bailar. Las chicas se han liberado y venga, ¡enhorabuena! Me levanté con la promesa de probar la profundidad de aquella sirena de cabellos lisos y negros.

La pista del bar es reducida, la idea es que la gente se divierta y que ligue, que se frote y se conozca mejor. Lo más importante en el clima cálido es ligar, bueno, ligar y joder, sin importar la hora, el día, el mes o el año. Uno llega con promesas y espera que sean cumplidas. Para los recién llegados, el mundo del sol es el paraíso, para los que vivimos así la mayor parte del tiempo, se vuelve una obligación, una ley como la de Kant, pero más vital, más profunda y también más divertida.

La mujer me tomó de las manos, se llamaba María y era de Andalucía. No sé por qué me dijo su nombre. No somos judíos, así que lo que menos importa, es el nombre. La miré fijamente a los ojos y acercando mis labios a su oído le dije a medio grito: “Pues yo soy Lorenzo y tienes un culo precioso”. “Pues tu no te quedas atrás tío”, me gritó la tierna muchacha y me giró para verme a su gusto. La chica bailaba particularmente bien. Balanceaba las caderas según la música y después de algunos roces y dos que tres acercamientos, la invité a la barra. Ella parecía acalorada, así que decidió seguirme. Bebimos una cerveza y haciendo algún alarde sobre su maravilloso cuerpo, le dije unas palabras del Quijote:

Yo soy el que tengo de serviros y acompañaros, y agradezco mucho la merced que se me hace y la buena opinión que de mí se tiene, la cual procuraré que salga verdadera, o me costará la vida, y aun más, si más costarme puede.

Ella sonrió. No sabía un carajo de literatura, pero tenía más talento que Cervantes. Horas después reflexionaba sobre la sodomía. A vosotros que les parece, ¿es la sodomía un arte natural? ¿Es una perversión contra la naturaleza? Sade responde a ello: La sodomía es natural, porque si la naturaleza lo dispusiera de otra manera, sería imposible, es decir, los orificios de la nariz o las orejas, no se expanden, por lo que la penetración es imposible. El argumento de Sade parece convincente, pero hay quien dice que la puerta es únicamente de salida y no de entrada, por ello no es natural. Pero a ello tendrían que responder los farmaceuticos que inventaron los supositorios o aquellos médicos que revisan la temperatura vía anal. Pero tomemos en cuenta que la procreación es natural. Pues bien, la sodomía no sirve para procrear, pero en ese caso, el sexo y otras manifestaciones de éste que no sirvan para procrear, quedan descartadas con la sodomía.

Si la sodomía es o no natural, se lo dejaremos a los estudiosos; para aquellos que se encuentren con María qué mejor y como dice Joaquín Sabina: invítenla a cien tragos, que yo los pago...

Lorenzo Matias

lunes, octubre 09, 2006

LO MOSTROS QUE SOMOS

Con el poema "Epigrama" de Pedro Shimose, la Cosa Mostra lanza otro de sus manifiestos:

Después de impresionar a las muchachas con nuestro ingenio;
después de quemar lirios, enterrar nubes e incendiar templos;
después de degollar vacas sagradas y asesinar dioses;
después de escribir sin mayúsculas y sin signos de puntuación;

después de dinamitar museos y bailar en los cementerios;
después de perseguir la gloria y soñar que nos acostamos con ella;
después de pelear con dragones, imperios y quimeras;
de gemir porque publiquen nuestro nombre en los periódicos
y de reunirnos por la madrugada para derribar pirámides,
¿qué nos queda?

un sillón en la academia
y una chequera.


martes, octubre 03, 2006

De los archivos viejos de la Maga...



“... Recordaba ayer con un amigo aquella época en que mi vida transcurría cruzando puentes y calles llenas de luz y dejo de melancolía. En que mis anécdotas se traducían en canciones de los Gershwin sin saberlo, y mi tiempo en búsqueda de libros viejos en Rue Saint Jean o tomando de a sorbitos un suave café crème. Y todavía osando desafiar a la memoria recordé como mi vida fue ya algunos años envueltos en aroma a albahaca y una calle llamada Rufino de Elizalde que destilaba tango por debajo de un farol cualquiera. Pero hoy, recobrando la cordura y perdiendo la añoranza, veo mi vida tan real y tan distinta, ¿Será el tiempo o la insensatez de buscarle el punto racional a las cosas? O la incertidumbre que no me deja suponer que tal vez en unos años, en charla con un amigo de ahora, incluso puede que seas tu, recuerde aquella época en que mi vida transcurría entre calles empedradas llenas de tanta historia, cuando llegaban noticias de un Marco Polo perdido en el exótico Pekín, donde el amor al arte se resolvía en letras y el tiempo se traducía en planes a base de café. Cuando conservaba el sueño de que algún día estando de vuelta en lejanas tierras volvería a sentir aquello que me haría querer volver. Esa mágica y misteriosa sensación, ¿ no lo crees?...”


Fragmento de una carta de la Maga a L. Curio. País sin remitente, AÑO 6.

lunes, octubre 02, 2006

Los perros de Nadie

Callejean,
Escarban los restos del día
Como quien acude a un tanatorio:
Perros góticos apaleados en misa,
Un domingo raído por la lluvia.
Bogotá duerme al fondo de su hartazgo
Y los perros de Nadie
Rastrean los días en fuga,
La sombra perdida de un Virrey.
Un niño ata en sus colas de cometa
Latas de avena con la efigie de un cuáquero
Que no pierde su torva dignidad.
Los perros sin dueño
Recorren el centro y el sur de la ciudad,
Las zonas donde Nadie tiene su reino de olvidos.
¿A quién ladran en la calle vacía?
¿A quién dirigen sus orejas vacilantes?
Acaso descubran el paso de Nadie,
Del que se fue una vez, envuelto en brumas.

Juan Manuel Roca

Acerca de mí

COSAMOSTRA es el heterónimo colectivo de 7 que se encontraron por azar, se reunen por necedad y han decidido escribir por necesidad.
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