sábado, septiembre 30, 2006

Presentamos a Lorenzo Matias


Retrato


Mi hermanastro Tobias y yo somos hijos de la misma madre. Nuestros padres son diferentes. El padre de mi hermano – lo llamaré hermano de aquí en adelante, pues para mí lo es –, el padre de mi hermano, decía, es americano y a América se lo llevó. Mi padre es Europeo y en Occidente me quedé. A los seis años heredé toda su fortuna, a los doce me estafó un contador, a los dieciocho conocí la música electrónica, a los veintitrés ya tenía un bar en Ibiza. Las fortunas se recuperan después de todo. El ambicioso contador tenía casi todo el dinero en una cuenta en las Islas Caimán; pagaba las cuentas de su hija: una mulata que asistía a clases en Harvard. No encontré el menor reparo cuando entregué al culpable, ni cuando supe que su hija perdería los estudios y el pudor en manos de un estadounidense. A veces uno puede ser una mala persona.

Entre trago y trago, veo el nuevo amanecer. Esto no se trata de una confesión, pero diré que he llevado una vida mas bien cómoda, disipada y pecaminosa para algunos. Hace un par de años encontré a mi hermano en un bar de Madrid. Cruzamos algunas frases y lo invité a tomar varios tragos, muchos tragos. Después de una semana, lo acogí en mi casa de Ibiza. Entre las numerosas discusiones, le dije que a mí me interesaba la literatura y las artes. Él pareció sorprendido. Yo no.

Esta es mi primera aportación a La cosa mostra, he leído algunas cosas de mi hermano, La Maga y un tal Maclovio, también creo que de otros. Espero les venga bien a los miembros de tan emblemático círculo, mi compañía, mis intereses y algunas perversiones. Agradezco a Tobias la invitación. Sin más, Lorenzo Matías.

viernes, septiembre 22, 2006

La Maga os presenta...


HERMANDAD
Soy hombre: duro poco
y es enorme la noche.
Pero miro hacia arriba:
las estrellas escriben.
Sin entender, comprendo:
también soy escritura
y en este mismo instante
alguien me deletrea.



Octavio Paz



martes, septiembre 19, 2006

Sin llaves y a oscuras


Sin llaves y a oscuras

Fabián Casas*


Era uno de esos días en que todo sale bien.
Había limpiado la casa y escrito
dos o tres poemas que me gustaban.
No pedía más.

Entonces salí al pasillo para tirar la basura
y detrás de mí, por una correntada,
la puerta se cerró.
Quedé sin llaves y a oscuras
sintiendo las voces de mis vecinos
a través de sus puertas.
Es transitorio, me dije;
pero así también podría ser la muerte:
un pasillo oscuro,
una puerta cerrada con la llave adentro
la basura en la mano.


R Tobias

lunes, septiembre 11, 2006

La genialidad de elegir lo trivial

De la Intrascendencia en el trascender o la cómoda tranquilidad

Alguien, alguna vez, pronunció esta lapidaria frase: "la ignorancia esclaviza, la educación libera". Yo, sinceramente, reniego tajantemente de esta afirmación. Me inclino más a pensar que la ignorancia libera de la esclavitud de las propias ideas.

No en vano Voltaire aconsejaba: "Abetissez vous". No hay nada más placentero que ignorar las causas, destinos y tareas de la propia especie. el íncubo de ver estas obligaciones truncadas atormentaría el espíritu al grado tal de impedirle vivir una existencia despreocupada. El ser humano puede alcanzar la sublimidad de los ángeles, pero puede rebajarse a la nefandez de las bestias, afirmaba (aproximadamente) Francesco Pico della Mirandola. Dudo que sea el conocimiento de la propia deplorable naturaleza el derrotero que conduzca al hombre a conseguir un par de alas.

Hay diferencias plausibles, evidentes y también irrefutables entre la especie humana y cualquier otra especie animal. Un can no puede renunciar a su instinto, mientras que el hombre, por medio de la razón (o tal vez mediante su condición de "animal de realidades", a decir de Zubiri), puede sopesar conveniencias; todos los animales están condenados a la misma naturaleza ignorante, mientras que entre diversos tipos de hombres los destinos pueden ser radicalmente distintos.

Si la paz y tranquilidad se alcanzan resignándose a una vida convencional, ¡Qué afán entonces tan necio el de buscar el tormento del conocimiento de las propias causas!

Maclovio Colunga. Jerez de la Frontera, 2005

Maclovio Colunga entra a escena

El Sacrilegio de Transgredir el Estereotipo del Poeta


« Pour quelle raison tous ceux qui ont été des hommes d’exception, en ce qui regarde la philosophie, la science de l’état, la poésie ou les arts, sont-ils manifestement mélancoliques ? »


Aristote


¿Sinrespetar = faltar al respeto? No necesariamente. En todo caso se trata de la acción voluntaria, cínica y adelantada, orgullosa y deliberada, de llevar a cabo un acto que sabemos incorrecto para los estándares convencionales, pero cuya consumación nos divierte.

Nunca he sido lo suficientemente concentrado y atento como para declararme racional según la definición de un depresivo alter ego de Pessoa (pues su racionalidad exacerbada y enfermiza lo lleva a la muerte premeditada, aunque no forzosamente ajena a un destino trazado por un ente superior, cuya existencia él niega).

Los estereotipos de la bohemia le impiden a un aprendiz de Sabina o de Hemingway el sentarse en un Sanborn’s a tomar un jugo de naranja mientras escribe. Las reglas tácitas del Manual del Poeta Nostálgico trazan la obligación de tomar un café serré en una terraza de alguna calle incógnita –que por dicho esfuerzo pierde el sustancial adjetivo- de algún barrio parisino.

La negación de aceptación –si se me perdona el sacrilegio- de una serie de complejos me ha llevado, hasta hoy, a desconocer las verdaderas trabas que me atan a la melancolía y a la depresión nostálgica; una monomanía eludible, pero cuyo sentir me agrada y me amarra cada vez con más afán en su torno.

Un poeta dadaísta con tintes de lucidez romántica –mis adjetivos son reprochables- tal como Joaquín Martínez, goza del permiso de poder hacer rimar el aceite con el agua y al mismo tiempo aparentar un ingenio incomprensible para las mentes afectadas a la cotidianeidad.

¿Cómo se explica que aquél mutilado aristócrata, que en fantasía ocupó el mismo espacio que el no menos noble Álvaro de Campos, aún reconociendo su frustración sexual y gozando de una lucidez envidiable, permanezca amarrado a la incapacidad de vencer la barrera de la sensualidad y el sentimentalismo, tal vez no con una conquista positiva, pero incluso (posiblemente) con una ignorancia de toda trascendencia en ello?

Y resulta (cambiando ligeramente de sesgo) interesante el hecho que un escritor se disfrace de todas las formas imaginables para dictar sus ideas sin ser reconocido, y que no obstante (como pensó Borges en mente de Bogle) tanto cinismo resulte increíble, aunque en este caso arroje un fracaso directo (y por ende, tal vez, plenamente voluntario) y no indirecto como el del pobre Tom Castro.

El no imitar tajantemente esta serie de comportamientos, en suma, parece ser que desemboca en la renuncia involuntaria pero inevitable de pertenecer a esta sacrosanta casta de poetas y de artistas.

Maclovio Colunga


En San Sebastian de Tepezalà, Principios del Segundo Lustro

(Foto: David Alateyo)

domingo, septiembre 10, 2006

La Maga hace su aparición



La cosa mostra tiene un(a) nuev(a) colabor(a) que fiel a la tradición que ha inspirado éste espacio ("de expresión legítima", como díria Ovidio Pastora), irrumpe con un poema que esperamos llene sus emociones de signos de admiración. Enhorabuena Maga, bienvenida.

LO INEVITABLE


Tanto pensar, tanto... y aun no comprendo,

el momento aquel hoy tan confuso, tan profundo.

Se que estas ahí, interno, intenso...

como una nube negra, prediciendo la tormenta.

Y mis ojos se asustan, mientras mis lagrimales,

suspiran dulcemente por lo inevitable.

Y se hierven mis manos con tal,

de no enfriar los sentimientos,

que en algún triste movimiento

saldrán de mis adentros.

Pues son la nada, son el todo.

Son la noche envuelta en llamas,

de sol de luz y de mañana.

Son el día envuelto en tinieblas,

de negro, sin luna y sin estrellas

Ah! Aquellas locas ideas,

que andan sueltas y latosas,

Buscando conquistarme a toda costa.

Herirme con todas sus fuerzas.

Rendirme, inestabilizarme!

Hacerme lamentar por lo inevitable.

Pero lo inevitable no es que hoy te extrañe.

Eso es tan solo consecuencia, tan solo efecto.

Y las lagrimas que se aproximan no son razón

de que algún fragmento mío te quiera,

o te añore y prefiera sentir el frío

de una almohada, sobre la cama dura

de una habitación a obscuras, que resulta

ser precisamente la mía, la terrible.

Son más bien el resultado de una entrega

total y despiadada, realmente vivida...experimentada

Se avecina, así como todo lo demás, lo derivado.

Lo que cambio la cotidianidad de mi vida.

Lo que tu, mi vida, transformaste en tu visita.

Por ello ahora tantas horas meditando,

comiéndome el alma a base de suspiros;

deshaciéndolo todo, con guerra, sin gemidos;

conociendo al silencio tan insondable,

que añora que hable, que te diga lo que le digo,

y proyecte el sueño en tercera dimensión.

Más como? Cómo romper la lucha...

contra esta desesperación de no tenerte?

Y no saber donde encontrarte.

Donde diablos pueda yo localizarte,

y entonces tal vez, tal vez convencerte,

de que lo vivido no fue una ilusión óptica,

ni por mucho un sueño confundido por dos.

Fue la vida con sus todos, sus destinos.

Sus perdidas y sus ganancias.

Lo más maravilloso que he sentido.

Pues como es que no te acuerdas,

y eso supongo entre tanta y tanta ausencia,

del instante en que unimos nuestro aliento,

haciéndolo uno, tornándolo eterno...

y tan poderoso, quebrando el universo?

Pues como es que no prolongas,

el soplo de vida que tus ojos

dieron por una sola vez a mi mirada?

Tengo que soportar ahora por tantos,

por tu inconsiderada y malvada insolencia,

traer apagadas las pupilas,

sofocadas por el resto de mis días.

Tengo que dejarme ver por todos,

como una más de las tantas,

que ha creído tenerlo y verlo todo

para descubrirse vencida después.

Pero si es que debo concluir en algún tiempo

las ideas que hoy tanto me torturan,

lo haré, y mandaré a lo eterno,

tu voz, tus ojos y tus dudas.

Siendo la luna testigo de todo el olvido incierto,

que no se ira para siempre, regresará por momentos.

Y me hará recordarte y reprocharme lo que he hecho;

preguntarme si aun existes, y si existes donde andas;

decirme que a ti tampoco te deja dormir todo esto,

confirmarme lo inevitable, de la realidad y los sueños.


La Maga

2004

jueves, septiembre 07, 2006

Chesterton


"What embitters the world is not excess of criticism, but an absence of self-criticism" GKC

El escritor de hoy debe ser metrosexual...


(Esta es una editorial aparecida en El Pais, de Manuel Vicent..) R Tobias

Los escritores de la Generación del 98 huelen a cerrado. Baroja en su
propia casa llevaba puestos la boina y el abrigo e incluso a veces se
añadía una bufanda y una manta en las rodillas. Un día Unamuno estaba
sentado a una mesa camilla y la visita que lo acompañaba, al ver que
guardaba silencio y hundía la cabeza en el pecho, creyó que se había
dormido, pero una de sus babuchas comenzó a arder en el brasero y por
el olor a chamusquina el acompañante se dio cuenta que don Miguel
había muerto. Antonio Machado vestía como una cama deshecha y Juan
Ramón Jiménez, pese a que sus poemas eran limpios y azules, él iba muy
abotonado y de negro como un grajo. El garrotazo que el periodista
Manuel Bueno le dio a Valle Inclán le hundió el gemelo en la muñeca.
Bastaba con que se hubiera lavado un poco, pero no lo hizo; la herida
se le gangrenó y hubo que cortarle el brazo. Desde Galdós a Manuel
Azaña, pasando por el atildado Azorín, es posible que ningún literato
español se duchara más de diez veces al año. Debido a eso toda su
literatura huele a atmósfera muy cargada. Hay que esperar a la
Generación del 27 para comprobar que el aire deportivo, de tipo
anglosajón, había prendido en nuestros escritores. Solo en los
aledaños de la II República aparecen los primeros jerseys de pico y el
cuello abierto sobre las solapas como lo llevaba Blasco Ibáñez
convertido en un señorito de la Costa Azul. Hay fotografías de García
Lorca con pantalones bombachos, calcetines de rombos y pajarita; de
Alberti con una camisa negra y una corbata clara; de Cernuda hecho un
dandi muy planchado y aunque los poetas Salinas, Guillén, Dámaso
Alonso, Altolaguirre y Aleixandre aun vestían muy formal se nota que
su pañería ya era inglesa y estaba venteada por el espliego del
Guadarrama. A Gil Albert se lo encontró León Felipe en una calle de
México durante el exilio con un aspecto deplorable. Le dijo que un
grupo de escritores norteamericanos había girado fondos para remediar
estas situaciones lastimosas entre los refugiados. Con el cheque en la
mano Gil Albert se olvidó del hambre canina, entró en una tienda
inglesa y se compró un sueter, un foulard de color humo con motas
blancas y todos los productos de perfumería Jarley, jabón de afeitar,
polvos de talco, loción y sales. Rancios, de oscuro, oliendo a cuarto
cerrado, sin un gramo de fascinación, así han sido la mayoría de
nuestros escritores. Mi teoría literaria es esta: si no eres guapo ni
vives ni vistes como Scott Fitzgeralg nunca escribirás el Gran Gatsby.

Acerca de mí

COSAMOSTRA es el heterónimo colectivo de 7 que se encontraron por azar, se reunen por necedad y han decidido escribir por necesidad.
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