domingo, enero 21, 2007

Año nuevo, perversiones viejas

Foto tomada por Tijuanej

A nuestros tres lectores ofrecemos una disculpa por tan larga ausencia. Como han de saber Cosa Mostra es un colectivo que vive, sobrevive, del humus intelectual, creativo y pasional de sus no
-personajes. Hoy la Mostra sufre de impotencia "de estación". A manera de anecdotario comentamos los últimos destinos conocidos de estos "dandy's esnobbistas", como nos llamó una detractora -otra más-: Ovidio Pastora, poeta él, decidió lanzar el manifiesto lírico "Renovarse o morir" en algún lugar de la sierra del Itsmo, rodeado, se cuenta, de varios impúberes chontales que querían llevarse un mechón de su prolongada y roja barba. No sabemos si murió o sigue "renovándose".

De Maclovio Colunga escuchamos que había pasado Navidad y Año Nuevo en un Samborns de Morelia, tratando de explicarle a una meserita la tragedia de la aristocracia fallida en "La Caida de la casa Uscher" de Thomas Mann. Al parecer la meserita insistía en que seguro el tal Mann le había copiado la trama a "Cuna de lobos". Colunga afirma haber encontrado a su musa.

Pentecostés Segundo no ha escrito más que las siguientes lineas "Nada relevante. O quizá mucho. En todo caso he aumentado mi colección". Es pertinente aclarar que Pentecostés gusta de profanar tumbas de connacionales denostados en los panteones de París. Afirma poseer una envidiable colección de reliquías de los apestados por la historia oficial mexicana (aunque ya nadie entienda que es eso).

La redacción de la Cosa Mostra recibió el mes pasado un sobre amarillento cuyo contenido era un cuaderno Moleskine. Estaba firmado en portada pero era innecesario el detalle. La letra inconfundible de Tijuanej Oliveira daba cuenta de sus andanzas. Tijuanej gusta de la ilustración, así que encontramos más dibutos y bocetos que palabras. Deciframos por los recortes que Tijuanej, errante él, siempre, cumplia alguna otra manda, esta vez en algún punto de los que recorre el "Chepe" por Chihuahua. (vease la foto de los tarahumaras)

De Lorenzo Matías y Rafael Tobias luego se hablará, por lo pronto solo se menciona un altercado entre estos dos medios hermanos por el texto que la Cosa Mostra publica a continuación. Tobias ha pedido a la redacción de la Mostra que no se publique en aras del buen gusto que a su juicio debe prevalecer en estos quehaceres. Después de un breve debate epistolar el colectivo decidió que la no-censura prevalecerá. Tobias pidió que se dejara constancia de su parecer: "Adelante gilipollas, dejad que triunfe la vulgaridad!"

Sin más, sólo nos queda decir: Enhorabuena, que comienze el año de la Mostra con la letra de Matías. Bienvenidos.
Atte. El Equipo de la Cosa Mostra


“¡Me gusta lamer cariño!”

Lamer es, y seguirá siendo, la mejor forma de comer muchas cosas. Laméis un helado, algún chocolate. También laméis el coño de las mujeres y algunos tíos más avezados, el culo y las nalgas. Laméis el cuello, el vientre, las tetas, las piernas. ¡Joder!, qué parte externa del cuerpo no es posible lamer. Las manos, los pies, la lengua, las mejillas, los párpados, hasta los ojos.

La semana pasada me encontré una tía que era experta en lenguas. Lamía por la mañana, por la noche, en el bar, en el café, en la banca del parque, en la playa. Sofía lame y lame bien, que no por nada escribo sobre ella. Cada vez que quería penetrarla, porque las caricias de su lengua, habían logrado su cometido me decía que esperara, me decía: “Lorenzo, ¡me gusta lamer cariño! Déjate hacer y luego me cuentas”. Y ahí estaba yo, tendido panza arriba sobre la cama, con una tía lo más complaciente. Y cómo decirle que no a su lengua, que aunque dominaba el castellano, la muy maja sabía explotar su jugoso músculo sobre mi cuerpo. Yo insistía: “¡Para Sofi! ¡Joder que si no paras me corro en tu boca!”. Y la guapa se estremecía y movía más su lengua como retándome a que le cumpliera el milagro y mi semilla acabara en su estómago.

Sofía gustaba también del peligro. Mira que lamerme mientras mi madre servía el café, no es cosa fácil. Yo no presento mis conquistas a mi madre, porque las conquistas son eso: un polvo, tal vez dos, y a la mierda, que el conocimiento exige diversidad. Pero en el caso de Sofía, no fue un polvo, ni dos, ni tres. Sofía lamía. Virtuosa de la lengua, porque curiosamente había estudiado letras, vino a la Universidad Lorenziana a hacer su doctorado; y yo, que soy un tío comprometido con el aprendizaje, pues no dejé de enseñarle lo que sabía. Me contaba que desde la adolescencia la muy guarra se dedicaba a lamer, que no le importaba otra cosa, que si perdió la virginidad a los diecinueve, fue porque desde los quince lamía y se dejaba lamer, pero no más, que había que conservar la pureza. La virginidad la perdió con un profesor de literatura sudamericana: “Lástima de su pene tan chiquito, Lorenzo, porque en lo demás era un verdadero maestro”, me decía. Yo había quedado impresionado, porque después de tanto lamer, le quedaban fuerzas para hablar y entonces me contaba de cuando era niña o de las clases que había tomado, me contaba de la novela que estaba escribiendo pero sin entrar en detalles, porque aún no la tenía suficientemente clara: “Pero de que tu sales, sales; que no por nada te lo cuento. Además cariño, te he agarrado aprecio y me gustas para uno de los principales”. Yo le decía que quería joder mucho en su novela y que si era con ella mejor.

Sofía se quedó todo el verano en mi departamento. “No me arrepiento bonita, del tiempo que pasé contigo”. Casi me volvía monógamo cuando se metía mi miembro en la boca. Nada más importaba y paradójicamente, todo se hacía más importante. Con el miembro acariciado por esa lengua, era como penetrar el culo de todas las mujeres del mundo y ante mis ojos desfilaban los mejores coños. Cuando abría los ojos, Sofía me miraba sin dejar de lamerme y yo sólo podía alimentarla y redituarle con la misma moneda y entonces le metía la lengua y ella se corría. Sofía fue la poesía recitada de un verano, yo sólo escribí entre sus labios.

Lorenzo Matias

4 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja! De Ybarra solo apunta algo muy sencillo: "Dime de que presumes...", lo siento Lorenzo.

R Tobias

Anónimo dijo...

Mi estimado "diegodeybarra":

Agradezco la intención que te propones. Muy cristiano de tu parte tío. Personalmente sólo cambiaría el "por que" por un "para que".

Amigo "diegodeybarra", joder, tienes que entender una cosa. Existe un tipo de personas que cuentan recuerdos y otros que cuentan sueños. Creo que te encuentras dentro de los segundos y te invito a ser de los primeros.

Pero, ¡Venga el fondo!, mientras no sea tu culo, todo es rellenable.

Un Abrazo,

Lorenzo

Lilia dijo...

un abrazo L, aprecias lo bueno, dejé mi blog, síndrome bartleby, pero éste hacía mucho que quedó en mis favs y no lo recordaba, muy grato pasar y encontrarme

Lilia dijo...

digo con todo esto,

Acerca de mí

COSAMOSTRA es el heterónimo colectivo de 7 que se encontraron por azar, se reunen por necedad y han decidido escribir por necesidad.
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