A veces es dificil entender un poema. Y es dificil porque te das cuenta que no tenías idea de lo que se trataba hasta que un día creyéndote inspirado, se te ocurre algo y empiezas con unas frases que se te hacen ingeniosas y osadas, dignas de un gran poeta. Escribes y sonries, y te parecen perfectas y sientes que estas ante el dictado de lo sublime.
Y si, entonces lees lo que escribiste, lo muy tuyo, "¡oh experiencia incomunicable!" piensas tu. Entonces de lo lejos la memoría que a todo le da un aire de tristeza te susurra un "deja vú", y sabes que tu maravilla y tu pesadez son también las palabras de otro o de muchos a la vez. Hilachos de poemas, como super novas hace mucho tiempo explotadas en el misterio de tu pensamiento. Ahí, palabras más, palabras menos, palabras de otros que de forma traicionera ahora también son tuyas.
Entender un poema es olvidar que lo aprendiste, olvidar que alguna vez lo leiste. Es escribirlo pensando que es tuyo sólo para que, al instante siguiente, pierdas la amnesia y sepas como el bíblico Moises ante la vista de la tierra prometida que jamas habría de pisar, que la dicha de lo sublime es ante todo reconocerlo.
Y todo esto, porque hoy llegué de madrugada, conspirando contra la noche de los poetas que no acaba y me salió una frase genial:
Y si, entonces lees lo que escribiste, lo muy tuyo, "¡oh experiencia incomunicable!" piensas tu. Entonces de lo lejos la memoría que a todo le da un aire de tristeza te susurra un "deja vú", y sabes que tu maravilla y tu pesadez son también las palabras de otro o de muchos a la vez. Hilachos de poemas, como super novas hace mucho tiempo explotadas en el misterio de tu pensamiento. Ahí, palabras más, palabras menos, palabras de otros que de forma traicionera ahora también son tuyas.
Entender un poema es olvidar que lo aprendiste, olvidar que alguna vez lo leiste. Es escribirlo pensando que es tuyo sólo para que, al instante siguiente, pierdas la amnesia y sepas como el bíblico Moises ante la vista de la tierra prometida que jamas habría de pisar, que la dicha de lo sublime es ante todo reconocerlo.
Y todo esto, porque hoy llegué de madrugada, conspirando contra la noche de los poetas que no acaba y me salió una frase genial:
"Puedo escribir los versos más tristes esta noche..."
R Tobias
1 comentario:
Ciertamente es buena la frase. Yo, nunca entiendo lo que escribo. ¿Me entenderán los demás? Saludos.
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